COMIDA Y DEPRESION

Las personas que comen peor tienen hasta un 58% de mayor riesgo de sufrir depresión en la mediana edad.

Lo dice un artículo del British Journal of Psychiatry [2009, número 195, páginas 408 a 413] en dónde se publica un trabajo sobre patrones dietéticos y síntomas depresivos en la mediana edad.

El estudio lo han realizado en el Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College de Londres.

Básicamente consistió en lo siguiente: seguimiento y análisis durante 5 años de 3486 participantes (26,2% mujeres con una media de edad de 55,6 años) que seguían dos patrones dietéticos perfectamente identificables:

1.- Alimentación completa (con abundancia de verduras, frutas y pescado)

2.- Alimentación procesada (con abundancia de postres dulces, comida frita, carne procesada, cereales refinados y alimentos frescos con altos niveles de grasa).

Los resultados fueron bastante concluyentes, como se expone al principio de este artículo. Incluso se pudo considerar que el grupo con una alimentación más completa parecía disfrutar de cierta protección frente a la depresión.

Como veis, esta investigación parece mostrar algo que para muchos pudiera parecer obvio. Pero así avanza la ciencia, a veces lentamente, a base de confirmar y reconfirmar lo que el sentido común suele anticipar.

Hay que darse cuenta que tras un trabajo de este tipo se abren infinidad de interrogantes. La ciencia tendrá que demostrar qué es lo que facilita o promueve una depresión y en qué medida influye el exceso de azúcares, las subcarencias clínicas de nutrientes, las grasas-trans y tantos factores que se barajan en una dieta rica en alimentos procesados.

Sin olvidar la posible interacción de aditivos y productos químicos.

Mientras la ciencia avanza las personas enfermamos y morimos víctimas del "progreso".

Por tanto, bueno es sugerir que nuestra alimentación juega un papel fundamental en nuestra salud y bienestar.

Y que mediante preferencias ecológicas promovemos nuestra propia felicidad y la del medio en que vivimos.

Es cuestión de elegir ahora. Porque cuando las cosas son evidentes, a veces, es demasiado tarde.